viernes, 29 de marzo de 2013

Hacer briquetas de papel con una prensa

Me dejaron durante unos días una prensa que aprovecha papeles de todo tipo para construir unas briquetas combustibles. Voy a comentar como fue la experiencia.





Esta es la prensa, que podéis obtener con facilidad por ebay. Esta parece más robusta que otros modelos que aparecen por ahí.


Primeramente se trocean a mano los papeles y se echan en un balde con agua, dejando que reposen unas horas. Se puede usar cualquier tipo de papel y cartón en principio. Pero lo cierto es que los papeles satinados impiden una buena sujeción y la briqueta o ladrillo de papel se deshace más fácilmente. Los mejores papeles para usar son los de periódico, que se hacen muy bien tiras con la mano. Pero el proceso es trabajoso en todos los casos y se emplea un buen rato.






Mirad como funciona. Básicamente tiene una especie de caja interior extraíble, donde se colocan los papeles troceados y empapados. Con la palanca se comprimen y se obtienen los ladrillos, dejando a continuación que se sequen al sol.



Como el tiempo era tan malo, una remesa de ladrillos la tuve que secar en el horno superior de la rusa (es como si te compras un gato y le cazas los ratones). Pero tenía ganas de hacer pruebas y de ver que tal funcionaban las briquetas. Otras las pude secar al aire libre; pero aquí, en abril, es casi imposible. En mayo pude secarlas algo mejor, pero tardaban bastantes días.



Para conseguir un grosor mayor, llegué a meter papel, prensar, etc tres veces. Así conseguía ladrillos que en mojado pesaban 1,4 kilogramos y en seco unos 0,52 kilos.


Al final, incluso quemé dos o tres para ver que tal funcionaban. El resultado no es malo, puede ser incluso práctico para encender un fuego y también como leña tal cual. No se lo que duran, pero el otoño que viene haré pruebas y compararé una carga de leña con otra de briquetas de papel reciclado y tomaré medidas del peso del combustible y de los resultados alcanzados.

Si bien es una forma gratuita de obtener leña en caso de disponer de papel abundante; de todas formas, valoro que es un procedimiento lento y trabajoso. Además las cenizas contienen restos de metales pesados y si se utilizan muchas briquetas, esas cenizas deberían incorporarse a algún contenedor especial y no usarse en el huerto. Quizás sea mas interesante reciclar el papel para otros usos y seguir usando leña... salvo que no se pueda elegir.

Para producir un número de briquetas que fueran suficientes para el invierno, calculo que durante los meses de junio a septiembre deberíamos hacer del orden de unas 50 briquetas diarias, que pesarían una vez secas unos 25-30 kilogramos, por 120 días, tendríamos un total de 3000 a 3600 kilogramos de briquetas, cuyos restos, decimos, a la larga son bastante contaminantes. Además debemos tener tiempo (ser jubilados, o tener bastante tiempo libre) y espacio para secar y almacenar las briquetas (por ejemplo: cada balde que lleno de papel y agua como mucho me sirve para 3-4 briquetas, que deben reposar en agua un mínimo de tres horas ...). Ignoro la potencia calorífica por kilogramo, intuyo que será superior a la de la leña si están bien secas, pero es algo que está por ver. Para ello tendré que hacer una comparativa entre la leña y las briquetas.

Continuará en otoño, después de las pruebas


Ya es otoño.

Ya estoy usando los ladrillos. De momento, si quiero encender con ello les cuesta casi tanto como un leño de sus dimensiones, tengo que desmenuzar parte de uno, y así puedo utilizarlo para encender (gran tontería, para eso no los hago).

Ahora bien, funciona correctamente utilizada como un leño más y arde con alegría. Dura bastante (aún no me he molestado en tomar el tiempo y comparar la briqueta con leños de distintos tamaños).   

Combustión de briquetas.
Tiene bastante potencia calorífica, pero no se cuanta. Su comportamiento es bastante parecido al de la típica briqueta de serrín (con la diferencia que ésta se fragmenta más fácilmente dando un golpe, sirviendo entonces bastante bien los fragmentos para encender; pero claro, la briqueta de papel prensado es gratis).

No tiene el agradable olor de mucha leña, más bien no huele a nada, de modo que echo de menos esa sensación. Como ya he dicho, también desconfío de los posibles residuos peligrosos que contengan sus cenizas.

Sigo encendiendo el fuego con pequeñas astillas y papeles. Las briquetas las empleo en general más para mezclarlas con la leña.

Veo que entra mucha gente en este apartado, supongo que habrá bastante interés, pero yo si tengo que hacer una valoración de 1 a 10 lo dejaría en 5 o 6. Vale, ahorras algo en combustible y se apila muy bien además de ser muy limpio. Pero dudo de que sea el procedimiento más ecológico (¡hombre, antes que tirarlo a la basura sin reciblar!), se tarda en hacer y no tiene el olor de leña de siempre, funciona bien quemando en cantidad y dura suficiente, pero al quedar tan macizo tiene el problema común que a veces tiene también el utilizar briquetas: a veces el fuego queda reducido a brasas, casi sin llamas, hasta que metes un trozo de leña más fina o le das un golpe a las briquetas.

lunes, 18 de marzo de 2013

¿Es posible cocinar con el sol...? Una experiencia práctica.

¿Es posible cocinar con el sol...? Una experiencia práctica.


Tras leer muchos artículos y documentos sobre la cocina solar, me decidí a experimentar. Como no tenía ninguna experiencia previa, aproveché las vacaciones de las Navidades del 2010-11 para regalarme un modelo comercial de horno solar (horno solar oven), que adquirí en la ecotienda Terra.org.




Vista interior del Sun Oven.
Quería probar con un modelo comercial, debido mi desconocimiento del tema. El modelo en cuestión se caracterizaba por tener cuatro concentradores solares plegables, una pata para regular la inclinación, una bandeja interior para mantener los pucheros siempre horizontales, y un termómetro, para controlar las temperaturas interiores. Además de la típica caja aislada, pintada de negro y con un cristal provisto de cierre.
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Rajonín durmiendo la siesta...
Expliqué a toda mi familia que aquel invento podía solucionar los problemas de deforestación de numerosos países, quitar trabajo de recoger y acarrear leña a infinidad de personas, bla, bla, bla bla blá (me observaron consternados, y me hicieron algunas preguntas con ironía). Los días navideños fueron sumamente oscuros y cuando hubo sol, no tuve tiempo. Hice algunas pruebas (con un puchero negro con agua) en la terraza con invernadero de la casa del pueblo. La verdad es que fue lamentable: apenas hacía sol diez minutos, luego pasaban nubes, etc. De modo que la temperatura del horno subió (después de un buen rato) a 70ºC. Esto, como era mi primera experiencia, me emocionó al principio. Pero al cabo de varios intentos me desanimé. Dejaron de preguntarme sobre el asunto por algún tiempo al ver mi desanimo...

Olvidé el asunto por unos meses hasta las siguientes vacaciones de Semana Santa. Allí, en la terraza de mi piso (orientada al oeste, y por lo tanto, con una limitación importante en las horas de sol disponibles: aparece tímidamente a las 15:00...) volví a hacer pruebas. Comencé con unas lentejas con chorizo. el agua consiguió hervir, pero el sol no tuvo la suficiente fuerza o continuidad y terminé con otro fracaso (el chorizo era cuero, las lentejas servían a modo de perdigones...).

Con los deflectores desplegados.

En mi casa pudieron ver, apenados, mi abatimiento. Al día siguiente, nublado, y al siguiente. Al fin, al tercer día, algo de sol. Inasequible al desaliento, ¡conseguí cocer un huevo!, ¡casi  bailo por la casa!. Me contemplaban con cierta preocupación (¡vaya logro, cocer un huevo con ese armatoste!...). Al día siguiente hice un elemental arroz blanco. Y luego, como las vacaciones finalizaron, tuve que suspender el experimento.


Pero ya estaba más seguro, y me decidí a continuar en el verano, pero de una forma sistemática, utilizando todas las horas de sol disponibles, haciendo observaciones y anotaciones. Estaba ya un poco mas animado después del fiasco de Navidades.

Al comenzar las vacaciones me propuse añadir la rutina de cocinar con el horno solar, a la ya adquirida anteriormente de ducharme con la ducha solar durante el verano.
Comencé con muchos bríos, intentando nada menos que un cocido el primer día. Error, mi padre se decepcionó. Al siguiente día probé unas patatas guisadas con carne y pimientos, ¡primer éxito!. Luego le siguió un arroz con leche. Intenté de nuevo el cocido (lo tuve cuatro horas al sol). Los garbanzos estaban cocidos, pero duros...


Mi padre desistió tras ello. Pero seguí y seguí, e hice mi primer bizcocho:


Bien cocido, ¿verdad?.

Me dediqué a los postres con especial ahínco (pues el horno era útil para ello): a eso de las 2 de la tarde, tras quitar la comida del horno, dejaba precalentar otra media hora el horno (alcanzaba de 180ºC hasta 200º C. Una vez vi 220º C). A continuación lo abría y metía rápidamente el postre en cuestión (flan -al baño maría-, bizcocho, tarta de manzana, arroz con leche, también hice pan). Nada más meterlo, observaba que la temperatura caía automáticamente 20ºC. Después esperaba hasta que el vapor de agua saturaba el tercio inferior del cristal, y luego contaba una hora. Dependiendo del sol tuve el éxito anterior (se ve la perfecta cocción del bizcocho) o el fracaso que podéis ver abajo (un pan hecho con sol y nubes, se cuece, pero no se dora), para que veáis que cuento todo. A las 4 los sacaba (me fastidiaba la siesta) y me echaba otro rato, o veía el tour de Francia.

Éxito y fracaso. Sol y luego, tiempo nublado.
El tema de las legumbres me tenía amargado... Pero me dispuse a ponerle remedio. Comencé a practicar con lentejas otra vez. Tras tenerlas 3,5 horas quedaron perfectas. Luego pasé a las alubias, y con 4 horas también quedaron bien. Solo fracasaba con los garbanzos (el cocido: ¡el ancestral plato tradicional de tantas partes de España. Me quedaban duros.

Una vez consolidadas las legumbres me dediqué a cosas más sencillas: arroz, pescados hervidos con patatas y zanahorias, conejo con patatas, arroz con tomate y huevo escalfado sobre lo anterior. Berzas con patatas. Judías verdes con jamón.

¿Y hacer algo al vapor?. Nuevo fracaso, se escapaba todo el jugo y se secaba.

También hice macarrones con un sofrito de cebolla y añadí chorizo. Fui adquiriendo una cierta maestría en el uso del horno, comprendí sus posibilidades, pero también sus limitaciones, que no son pocas...

Me queda hablaros de como cocinar con él (la técnica pura y dura) y mis conclusiones. Además, hablaré de algún modelo más de "solardoméstico".
Vista lateral e interior del horno solar, con su termómetro correspondiente.
Consideraciones técnicas para cocinar con el sol.
Actualmente dos son las posibilidades que más comúnmente tenemos para cocinar con el sol:
  1. Utilizar un concentrador parabólico solar. Precisa sol de forma continua y debe orientarse al mismo con más frecuencia, pero son rápidos (casi como una cocina de gas tradicional) y permite incluso realizar frituras perfectamente. Se pueden auto construir, y  también existen varios modelos comerciales. Al final del artículo hago un comentario.
  2. Utilizar un horno solar (como el caso que nos ocupa). No precisa el sol de forma continua (admite períodos en los que se alternen sol y nubes y no es preciso cambiar su orientación de forma tan frecuente. Pero tiene otras limitaciones. Éste es el caso que nos ocupa ahora.
Para cocinar con un horno solar, debes primero ORIENTARLO correctamente. El horno debe proyectar su sombra de forma paralela a sus lados. Aunque esto no es muy exacto, pues como cada de 15 minutos a media hora vas a rectificar su posición (si estás fuera de casa y hace mucho sol puedes cambiarlo cada hora) puedes anticipar la deriva solar y disponerlo en una posición de forma que el sol incida directamente justo en la mitad del período durante el cual no vas a moverlo. Por ejemplo, si lo cambias cada media hora, calculas que a los quince minutos el sol le "toque" justo perpendicularmente, así aprovechas mejor el sol.

De la forma anterior consigues la máxima potencia, pero es un sistema bastante esclavo. Si te conformas con una cocción un poco más lenta e igualmente eficaz (con  buen sol) puedes dejar el horno en una posición y cambiarlo cada dos horas. Esto es algo que puedes permitirte en las horas centrales del día, en que el sol tiene mucha fuerza. 
 
Termómetro del Sun Oven, con diferentes escalas.
Además, debes PRECALENTARLO (puedes no hacerlo, pero no es lo mejor). Para ello debes esperar a que acumule calor. En este modelo comercial, la presencia del termómetro es una gran ayuda (es una de las virtudes del modelo, pero puedes hacerlo tu mismo incorporando uno al modelo que construyas). ¿Cuándo debes esperar?. Si tienes termómetro es muy fácil, cuando veas que alcanza una gran temperatura (de 180 a 220ºC), créeme, porque en cuanto le introduzcas un puchero dentro (negro o de otro color muy oscuro) con solo abrir y cerrar y la temperatura más baja del puchero y su contenido, va a bajar 20-30ºC de golpe, y debes contar con esa inercia térmica de reserva.
 
Puede suceder que aparezcan algunas nubes y aún baje más la temperatura. Por ello la temperatura debe ser alta.


Durante la cocción, debes ABRIR LO IMPRESCINDIBLE la tapa de cristal que cierra el horno. Cada vez que lo hacer, pierdes energía y retrasas la cocción. Es uno de los inconvenientes de cocinar con un horno solar, y lo hace muy diferente a cocinar con leña, gas o electricidad.

¿Cómo saber cuándo esta hirviendo el puchero (de color negro)?. Observa de vez en cuando el horno, y cuando observes que el cristal se empaña, y se acumulan bastantes gotas en la parte inferior (fruto de la gravedad), es el momento de empezar a contar el tiempo.
TIEMPO DE COCCIÓN. Éste siempre será mayor al de una cocina de leña, gas o eléctrica. En cuanto  a la idea de que los alimentos en un horno solar no se queman... es cierta mientras no consuman el agua, que la consumen si el sol es fuerte. Se queman bastante menos, pero no te confíes, en platos de larga cocción (legumbres principalmente), debes adquirir conocimiento con la práctica de cuanta agua precisan para (a ser posible) añadirla al principio en cantidad suficiente y no tener que abrir continuamente.
Utiliza PUCHEROS NEGROS o muy oscuros. Para concentrar mejor la radiación solar. También he utilizado las ollas marrón oscuro que usaban nuestros abuelos por aquí.

Típica olla negra comercial para cocinar con el sol

¿A QUÉ HORAS COCINAR?. Esto depende de la latitud, que en Benavente es de: 42° 0' 6'' N. Tenemos una gran fuerza del sol en el verano, pero después de cocinar todo el verano llegué a la conclusión de que lo eficaz era de 12 a 5 de la tarde. Antes, pones el horno, lo precalientas, sube la temperatura, pero la cocción, realmente empieza a partir de las 12, no antes. De verdad, es lo que he observado. De ahí la dificultad de cocinar a tiempo ciertos platos (legumbres). Nosotros solemos comer de 1:30 a 3:00, de modo que se puede comprender la dificultad de acoplar la cocina solar a nuestros hábitos.
Olvida además preparar un desayuno o calentar la cena (hablaremos más adelante de posibilidades de subsanar esto por otros medios ecológicos)...

EJEMPLOS PRÁCTICOS.
  • Para cocinar unas legumbres (lentejas, por ejemplo). Precalienta el horno hasta que llegue a esa temperatura recomendada. Después coloca la olla con una cantidad de agua extra para no tener que rellenar y abrir reiteradamente. Espera hasta que la parte inferior comience a condensar gotas abundantemente. Cuenta desde ese momento de dos horas y  media a tres. Con un buen sol estará cocinado perfectamente (las lentejas se cuecen mucho mejor que los garbanzos en una cocina solar).
  • Unos macarrones o espaguetis. Algo muy sencillo, pero que requiere más etapas que una legumbre en un horno solar. Para facilitar las cosas y agilizar la cocción, utiliza dos ollitas de un diámetro inferior a 16 centímetros (caben una mediana o dos pequeñas, no más). Precalienta el horno. En una haz un sofrito, con el tomate y demás ingredientes. En la otra , cuando el sofrito se esté haciendo, pon agua a hervir. Cuando el agua hierva en condiciones (se aprecia en la condensación en la parte inferior) abres la puerta de cristal, introduce rápidamente los macarrones o espaguetis y tapa la olla y cierra de nuevo la puerta. Espera de quince a veinte minutos para estar seguro (no es tan rápido como en una cocina de gas). Después sacas los espaguetis y los pones en la ollita del sofrito. Esperas unos minutos y ya está. En este sencillo plato tienes que tener mucho cuidado y rapidez en las aperturas del horno para perder el mínimo calor. Tiene su  pequeña complicación técnica.
Macarrones listos.

  • Un bizcocho, es algo muy sencillo de hacer, pero requiere algunas condiciones más. Basta hacer lo de siempre: precalentar, dejarlo cocer durante una hora. La única peculiaridad es que para conseguir que crezca bien y de forma continua, es necesario que el sol aparezca de forma continua y lo mejor es hacerlo a las horas centrales del día, cuando el sol está más perpendicular y la temperatura conseguida sea más alta y constante.
Aspecto de bizcocho cocinado con el sol.
A continuación nos referiremos a algunas peculiaridades del modelo (y las valoraremos):


1º).-Portabilidad. Se puede convertir en maleta, para llevarlo mas cómodamente. Pero no grandes distancias pues los deflectores solares van plegados y sujetos con un automático que no permite grandes movimientos.
Se pliega como una maleta con un asa en la parte superior (no se ve ahora porque está doblada).
2º).-Practicidad de la pata regulable para cambiar su inclinación en función del ángulo del sol. También podemos hacer la siguiente crítica: cuando estamos en verano y los rayos del sol son más perpendiculares tiene una escasa practicidad, pues el horno funciona bien casi sin modificar su inclinación. Cuando estamos en invierno, contribuye mucho a que los rayos del sol incidan perpendicularmente, pero entonces obtenemos unos resultados bastante pobres.
Pata plegable para regular la inclinación.
3º).- Practicidad de la bandeja inclinable que contiene en su interior, para adaptarse a los cambios de posición al modificar la longitud de la pata regulable; así no se vierten los líquidos. Mas de lo mismo. Yo en verano la quito para aprovechar mejor el espacio y poder meter dos cazuelas pequeñas o una mediana y otra pequeña. Ventaja, se desmonta sencillísimamente y se puede volver a poner si se precisa.

Aquí podemos verle sin la bandeja, que se sujeta fácilmente a los dos tornillos laterales.

















Se quita la bandeja de forma cómoda y sencilla.

4º).-Utilidad de los cuatro deflectores solares para concentrar más calor en su interior. Concentra más los rayos solares, yo he conseguido temperaturas de 220ºC e incluso algo más. El inconveniente de los deflectores solares es el viento; cuando hay viento en serio aquello cimbrea... En internet he visto como un señor los solucionó construyendo una caja de madera y poniendo el horno dentro.

5º).- Gran virtud del horno (y no es pequeña) ¡su combustible es el sol, y por lo tanto es gratuito y no origina emisiones adicionales!. Gastas el dinero de una vez, al comprarlo (o al construirlo, en sus materiales), pero después el combustible es gratuito, y tienes la satisfacción de que no contaminas.


Bandeja desmontada y cuatro deflectores.

Ejemplos prácticos de cocina solar:

1º).- CAFE SOLAR. Para ello debemos disponer primeramente de una cafetera oscura o mejor negra. La preparamos y la metemos en el horno (que si está precalentado claramente subirá antes).


Durante la cocción el cristal del horno se cubrirá con el inevitable vaho (porque cierra bastante hermético). Si bien rebaja algo la temperatura del horno,  nos sirve como indicio de que el agua esta comenzando a hervir.



Aquí tenemos el café ya subido dentro del horno. No olvidemos utilizar trapos o guantes de cocina para manipular tanto la puerta del horno como las cafeteras, cazuelas o utensilios que manejemos, pues están a una alta temperatura.
2º).- ASAR MANZANAS o HACER COMPOTA. Algo sencillo y barato. Si solo utilizas el horno solar de modo complementario, no deja de ser un gran ahorro energético y económico para actividades estacionales, como asar manzanas.
Apenas hay que mover el horno, es una actividad que podemos hacer en las primeras horas de la tarde. Aquí podéis apreciar el precalentamiento del horno un 12 de septiembre; alcanza los 185ºC.


Las preparas en un recipiente oscuro, sin o con azúcar y miel. Puedes añadir otros ingredientes.
Cuando comienzo a recoger las manzanas reinetas, y ya estoy en la ciudad, en la terraza de la vivienda aso manzanas con mucha frecuencia.
Orientas al sol el horno.
Este día se me dormí y las manzanas se hicieron mucho, pero no se quemaron (lo oscuro es miel).
Postre de compota y miel.
Servir en la mesa.

3º).- JUDÍAS VERDES o FRÉJOLES.

Aquí lo interesante del asunto es que vamos a realizar dos operaciones que serán simultáneas en algún momento:
  1. Cocer las judías verdes.
  2. Hacer el sofrito.

Vamos por partes.

Ese día dejé las judías directamente sin precalentar el horno, pues me fui al huerto en bicicleta.



Ponemos las judías cortadas en el recipiente, dentro del horno.


Va cociendo.



Una hora antes de comer, introducimos en un segundo recipiente los elementos del sofrito: ajo, cebolla, aceite y jamón. Se sofríe y después rápidamente se añade a recipiente con las judías que previamente se habrá sacado el agua.


Plato listo para comer.


En este ejemplo he abierto la tapa en algunos momentos al hacer las fotos, porque si no sería invisible; todo está normalmente cubierto de vaho, lo que es indicio de cocción.

4º).- HACER PAN.
Para hacer pan solo se precisa un buen sol, pues las temperaturas del horno deben ser altas y mantenerse durante la cocción. De todas formas en el siguiente ejemplo la máxima solo fueron 150ºC, por ello lo mantengo, para que veáis como se coció bien igualmente.

Además dejo el vaho original que se produce durante el proceso para que os hagáis una idea más realista.

Comienzo de la cocción, el vapor comienza a condensar en el cristal en la esquina inferior derecha.

Cristal empañado.

Aquí que desempañado el cristal para que podáis observar la cocción.


Pan cocido perfectamente y crujiente. Ni quedó crudo ni muy oscuro (como en los ejemplos anteriores.


5º).- FREIR UN HUEVO.

También es posible. Tan solo hay que precalentar HORNO y RECIPIENTE donde se fría.
Se pone un poco de aceite en el recipiente, que conviene tenga peso para tener más inercia térmica. Se abre la tapa del horno y se quita la tapa del recipiente y se casca el huevo en éste. A continuación se cierra rápidamente el horno y se vigila.

Se fríe durante unos minutos vigilando bien, pues si se pasa pierde cualidades nutritivas y adquiere una contextura "plástica".


Huevo perfectamente frito. Si se quiere freír más se repite el procedimiento, o bien se utilizan varios recipientes simultáneos.

Con estos ejemplos hemos ilustrado con el fin de que os resulta más comprensible la cocina solar con horno.
Otras posibilidades
 

Otro modelo que aparece en nuestro mercado es el SUNCOOK+, más compacto, sin termómetro. Se recoge mejor e incluye una olla de dos litros, fuente para "gratinar" (habrá que ver si lo consigue" y un libro de recetas.

Plegado es más compacto.
Veamos los aditamentos que trae:

Observad los artilugios que incluye y la graciosa imagen comercial.

Supongo que deberíamos hacer una comparativa alguna vez, pero para ello deberíamos contactar con alguna persona de la misma zona que lo tenga, porque van demasiadas inversiones.


Otra opción es que te lo hagas tú mismo. Cada vez hay más información en internet al respecto, teclea cocina solar o bien horno solar y verás la cantidad de información que aparece.
Detalle del cierre del cristal del modelo Sun Oven.

Valoración final.

El horno solar, en una latitud templada es una opción aceptable en una latitud templada durante los meses del verano, o de mayo a septiembre, incluyo un octubre con mucho sol. Fuera de estas épocas es muy difícil utilizarlo, aunque se puede esterilizar agua, precalentarla.

Además, a primeras horas de la mañana, y a últimas de la tarde, pierde bastante eficacia, por lo que debe ser complementada con otros medios (si son ecológicos puedes cocinar con una cocina de leña cohete o stove rocket -pronto sacaré un artículo al respecto- o con biogás si tienes animales o muchos residuos vegetales -hablaremos de este tema también-).

A mayores, una opción solar muy recomendable es una Cocina Parabólica solar. Hay varios modelos comerciales y muchos esquemas y croquis para construir una. Es mucho más rápida y permite freír y cocinar en el mismo tiempo que una placa eléctrica, de gas o a leña.

El verano que viene, si no hay incidentes, pretendo adquirir una y probarla. En caso de no tener disponibilidad económica me la construiré. Hay un modelo más caro, pero interesante porque permite ser montado y desmontado, el Cookup 200. Lo hace una empresa francesa. Quizás lo pruebe.


Una opción barata, pero más limitada, para personas que lo vayan a usar de forma ocasional es una barbacoa solar, como la denominada Biogri.
Barbacoa solar comercial

Pero volvamos al tema del HORNO SOLAR en sí. Donde creo que es una solución impagable y muy adecuada es en las latitudes muy próximas al ecuador. Allí, al tener tanta fuerza un sol tan perpendicular y estar tan próximas en duración el día y la noche, la utilidad de un horno solar es mayor que en una latitud templada. En una zona que además la escasa nubosidad (desértica o semidesértica), permita una gran cantidad de días soleados el ahorro en leña y el trabajo que ello supone es enorme. Mientras más perpendiculares los rayos del sol, más potencia y facilidad de cocción.

Me queda pendiente completar este artículo con fotos del proceso de cocción (normalmente hago muy pocas, pero entiendo que es necesario para ilustrar las palabras, detallando cuándo se produce el principio de la cocción, y las distintas operaciones que se hacen (orientar el horno, mover la pata, combinar el uso de varios pucheritos). Esto será en el verano próximo, cuando "manolo" de con fuerza.

BIBLIOGRAFÍA

Hay muchísima, ya incluyo alguna en el enlace que añado abajo, pero no quiero dejar de citar un libro que adquirí en la última feria del libro de Benavente.

Es muy detallado, en general realista y utiliza términos en el español hablado por los diferentes países de habla hispana relativos a los alimentos con el fin de ser compresible a todos.

Tiene  tres partes: una de explicación del funcionamiento en función de las posiciones de la tierra y el sol, una segunda explicativa del horno solar, historia, construcción seguridad, eficacia y forma de cocinar. Y en la tercera nos da un recetario adaptado a nuestros diversos países, incluyendo también los términos típicos utilizados en el habla de cada país.

El libro es: "Hornos solares con cajas de cartón" , de Daniel Casado González, editado por Pamiela (www.pamiela.com).

Os lo recomiendo.



En mi opinión esta entrada puede complementarse con las dos siguientes (que tratan sobre la cocina a leña, solar y con biogás):