Bosquecillo nevado en diciembre del 2009 |
Vista parecida en junio del 2013 |
Frutos del bosquecillo, y la gatina Miajita. |
“Lo que he aprendido con los años es que debemos ser pacientes, constantes y comprometidos. Cuando plantamos árboles, algunos me dicen: ‘No quiero plantar este árbol porque no va a crecer lo bastante rápido’. Tengo que recordarles constantemente que los árboles que están cortando hoy no fueron plantados por ellos sino por quienes les precedieron. Por ello, tienen que plantar los árboles que beneficiarán a las comunidades en el futuro.”
Wangari Maathai
Fundadora
Movimiento Cinturón Verde
Un pequeño bosque (de encinas y quejigos) en Benavente. Repoblación forestal
La pequeña repoblación que emprendí hace ya 10 otoños y 9 veranos, ha sido, posiblemente, una de las mejores experiencias y más satisfactorias que he tenido. Me parece que es interesante y puede dar unas pautas a muchas personas que estén interesadas en el tema.
Observemos como cambia la naturaleza, según el tiempo y las estaciones.
Observemos como cambia la naturaleza, según el tiempo y las estaciones.
Fue un invierno "fresquito" |
Un año antes, sequía en septiembre, que "o seca las fuentes o tira las puentes"...
En nueve veranos y diez otoños, un pequeño bosque ha surgido de la nada, donde todo era una extensión vacía.
Sequía a finales del verano, se evitan los incendios gradando el suelo. |
En nueve veranos y diez otoños, un pequeño bosque ha surgido de la nada, donde todo era una extensión vacía.
Vista del bosquecillo en los últimos días de marzo del 2013. Vemos la variedad de especies. |
Todo es posible, experimentando con paciencia, poniendo trabajo e ilusión.
Los arboles crecen con el tiempo:
Amapola e insecto |
Los arboles crecen con el tiempo:
Una pequeña encina de cinco años |
Hace más de diez años, me asaltó la idea, de forma repetitiva de hacer un pequeño bosque, en un terreno de mi propiedad situado en mi pueblo (cerca de Benavente). Ciertamente, la comarca de los Valles de Benavente no es de lo más deforestado de la Comunidad de Castilla y León y muchas de sus partes, están aún magníficamente arboladas, pero sí sucede así por desgracia en el caso de mi pueblo (y otros adyacentes), que esta casi completamente desprovisto de arbolado. La única zona provista de árboles es el plantío al lado del río, a base del mismo clon de chopo destinado a un uso maderero.
La verdad es que no me sentía a gusto, y además de poner unos frutales, comenzó a invadirme la idea cada vez más insistente, de reforestar esa pequeña propiedad.
No me gustaban las repoblaciones que veía, a base de pinos exclusivamente en aquel entonces. Pero era lo que se estimulaba, en mi opinión erróneamente.
Recordaba con frecuencia, las muchas charlas y conversaciones (¡entusiastas!) que respecto de estos temas teníamos durante los viajes con el GUM de Valladolid a las montañas (nuestra afición común). Recuerdo en especial un chico Javier (no recuerdo el apellido ¿Javier Rico?), un celador medioambiental entusiasta, que nos daba largas explicaciones sobre los lobos, la fauna y la flora en general. El insistía en que el verdadero árbol ibérico no era la encina o "quercus ilex", como todos suponíamos, sino el quejigo o "quercus faginea". Para nosotros era simplemente un roble, y no muy conocido por nosotros, pues lo identificábamos con su pariente el rebollo o "quercus pirenaica" que nos acompañaba en nuestros viajes a la montaña (además del roble albar -"quercus petrae"-). "La encina -decía- ha sido muy favorecida por el hombre por el mejor sabor y mayores cualidades nutritivas de su bellota"; "pero el interior de la Meseta pertenece al quejigo". (¡Tenías razón Javier!).
De muy pequeño me encantaban los libros de zoología, pero ahora de mayor, entre mis favoritos se encontraban libros de botánica como "El castaño", "Los bosques ibéricos", "La encina en el centro y suroeste de España", "Guía de árboles y arbustos de Castilla y León"...
Mide más de tres metros con diez años. |
La verdad es que no me sentía a gusto, y además de poner unos frutales, comenzó a invadirme la idea cada vez más insistente, de reforestar esa pequeña propiedad.
En apenas diez años, un bosquecillo de encinas y robles (además de otras especies) cambia el paisaje... |
No me gustaban las repoblaciones que veía, a base de pinos exclusivamente en aquel entonces. Pero era lo que se estimulaba, en mi opinión erróneamente.
Recordaba con frecuencia, las muchas charlas y conversaciones (¡entusiastas!) que respecto de estos temas teníamos durante los viajes con el GUM de Valladolid a las montañas (nuestra afición común). Recuerdo en especial un chico Javier (no recuerdo el apellido ¿Javier Rico?), un celador medioambiental entusiasta, que nos daba largas explicaciones sobre los lobos, la fauna y la flora en general. El insistía en que el verdadero árbol ibérico no era la encina o "quercus ilex", como todos suponíamos, sino el quejigo o "quercus faginea". Para nosotros era simplemente un roble, y no muy conocido por nosotros, pues lo identificábamos con su pariente el rebollo o "quercus pirenaica" que nos acompañaba en nuestros viajes a la montaña (además del roble albar -"quercus petrae"-). "La encina -decía- ha sido muy favorecida por el hombre por el mejor sabor y mayores cualidades nutritivas de su bellota"; "pero el interior de la Meseta pertenece al quejigo". (¡Tenías razón Javier!).
El quejigo presenta gran diversidad de formas en sus hojas, quizás esta sea una de las más típicas. |
De muy pequeño me encantaban los libros de zoología, pero ahora de mayor, entre mis favoritos se encontraban libros de botánica como "El castaño", "Los bosques ibéricos", "La encina en el centro y suroeste de España", "Guía de árboles y arbustos de Castilla y León"...
Quejigo recién brotado en primavera, de un color verde brillante. |
Seto en flor. |
Trabajos preparatorios.
Comencé encargando a un señor que me pasara el tractor por la parte de la finca que iba a plantar. Después de recibir la mayor parte de los plantones, comencé a plantarlos en calles separadas por tres metros y mezclando la diversidad de especies: frondosas como encinas y quejigos (más de la mitad de los dos quercus anteriores), algún rebollo y alcornoque, dos arces de montpellier, perales silvestres, algún sorbus doméstica, coníferas; como pino resinero, piñonero, un carrasco, un albar, un nigra, sabinas y un juníperus oxicedrus. Alguna especie como almendros, madroños, espino albar, dos endrinos, ... Variedades que puedes encontrar en un bosque mediterráneo esclerófilo. (Las repoblaciones entonces se basaban en la zona casi en exclusiva en el pino piñonero y el resinero, con algún mínimo porcentaje de frondosa. Piñonero en una zona para nada arenosa).
Al final, entre arboles dispuestos entre las calles, frutales, arbustos diversos en el seto, plante o sembré casi mil plantones o semillas.
Lo dispuse como dije, en hileras separadas entre sí por calles de tres metros y sin seguir un patrón fijo en cada hilera. Es algo que ahora no volvería a hacer. Realmente utilizaría una disposición al tresbolillo, que sería irregular en el caso de haber una pendiente, buscando seguir las franjas de nivel según la línea clave (consultar al respecto el increíble libro "Cosecha de agua y tierra" de Eugenio Gras. ¡MARAVILLOSO!, no dejéis de leerlo si tenéis ocasión. Se basa en las experiencias comenzadas en Australia consiguiendo trabajar adecuadamente con las pendientes, los aperos agrícolas y la gestión del agua.
Disposición al tresbolillo. |
Permite un adecuado aprovechamiento del espacio (como los paneles de las abejas). Además facilita las labores de mantenimiento (gradeos permitiendo cruzar las labores, claras, etc).
En caso de trabajar con pendiente, leer el libro citado y adaptar el tresbolillo a la misma.
Tresbolillo irregular más adaptado a las pendientes. |
Para instalar el bosquecillo, como ya dije, recurrí masivamente a la plantación (en un 90%) y a la siembra (en el 10% restante). ¿Qué podemos decir al respecto?
Plantar semillas germinadas y criadas en tiesto no es una buena idea en absoluto. Muchas personas bienintencionadas (entre ellas un tío mío) toman semillas, las siembran en tiestos y posteriormente ya crecidas las plantas, las trasplantan. La bellota o piñón así sembrado, echan una raíz que crece hasta llegar al límite inferior del tiesto, y como después no encuentran más camino, comienzan a dar vueltas, espiralizándose la raíz. La planta adquiere una forma pésima, de modo que su supervivencia posterior resulta muy difícil, precisando cuidados y riegos, debido a esos graves inconvenientes de la forma de la planta. Los pinos tienen así más posibilidades que los quercus, que prácticamente se condena. Antes que hacer esto, ¡es mejor sembrar la semilla y dejarla a su suerte!.
No es conveniente utilizar planta cultivada en un tiesto convencional. |
De utilizar planta cultivada en un envase, el más adecuado es el alveolo forestal. Este consiste en una serie de recipientes seriados en bandejas con una forma cónica, o cónico-prismática, que se estrechan en la parte inferior, que queda al aire. Además, las paredes laterales presentan una serie de acanaladuras, ¿con qué fin?; con el de impedir que la raíz se espiralice. La raíz baja buscando el suelo, recta hacia abajo; como llega a una salida al aire y no encuentra más tierra, detiene su crecimiento y echa unas raicillas laterales. Cuando es trasplantada, reanuda su crecimiento. Para ello, la raíz, crece hacia abajo dividiéndose en dos o tres. Además, el cepellón contribuye a la supervivencia ayudando a retener un poco la humedad. La penetración es profunda (aunque no tanto como si hubiera una única raíz pivotante, como en el caso de la semilla sembrada). Buscan la humedad del suelo, y cuando llegan a una zona subterránea con humedad suficiente (y por ello "garantizan" su supervivencia) comienzan a desarrollar más las raíces laterales y la parte aérea. Es el método que yo utilice de forma masiva.
Otra posibilidad buena en plantar a raíz desnuda. Superado el trauma inicial, la planta se establecerá aún más firmemente que con el alveolo forestal. El problema es que a veces se precisan riegos de apoyo los primeros veranos. Especies adecuadas son el castaño, el fresno, el roble, pero en zonas con más humedad; en nuestro duro verano mediterráneo, con su sequía es muy difícil. Aquí os pongo la foto de un magnifico roble albar que planté a raíz desnuda (apenas medía un metro) y ahora mide más de cuatro. Pero le apoyé con riego los primeros veranos. Ahora solo le riego algo en años muy secos, como el pasado, que cayeron 250 litros.
Pero lo más adecuado es sembrar semillas. Es como la planta se establece mejor y se adapta al terreno. En el caso de los quercus especialmente. Puedes hacerlo de diversas formas. Dos ideas:
La planta echará una única raíz pivotante que se dirigirá a las capas más profundas del subsuelo buscando la humedad que garantice su supervivencia. No es raro que encinas o robles de 10-20 centímetros tengan una raíz de 2-3 metros.
O puedes hacer algo más eficaz, pero también más trabajoso. Coge las semillas, envuélvelas con tierra arenosa húmeda. Suavemente las observas de vez en cuando y cuando comiencen a echar una radícula las siembras. Es súper eficaz y además ya geminadas son menos atractivas para los roedores, pero es muy trabajoso, y puedes partir la radícula a nada que te descuides. Yo te lo recomiendo en pequeñas repoblaciones. (Lo he hecho con algunos castaños y quercus y el resultado ha sido óptimo).
En resumen, primero me prepararon la tierra y después, en noviembre (con un terreno demasiado empapado, por cierto), comencé a plantar los plantones. Lo hice a ratos, durante todo el mes.
Los dos primeros veranos les di unos riegos de apoyo, cosa incomoda y que no sería necesario de haber dispuesto de un tractor para que limpiara el terreno. Las hierbas secas en verano suponían un riesgo tremendo de incendio ante cualquier negligencia o mala intención. Pero tuve suerte.
Después me compré un motocultor ¡un Piva!. con el que pasaba los 11.000 metros cuadrados (menuda soba). Años después me operaron del corazón (no por lo del motocultor) y adquirí un pequeño tractor). ¡Ojalá hubiera podido gradar la tierra con un mulo, como mi abuelo...!
Detallemos lo anterior:
Yo, al principio, sólo me planteaba lo de pasar una grada por lo de los incendios. De hecho al primer año de plantarlos (cosa que hice "en noviembre, todo prende" recordad) me sucedió una cosa curiosa; en primavera apareció un tipo, vio aquello, y se ofreció a mantenerlo. Yo le dije que no tenia mucho dinero y que no podía permitírmelo. El insistía, había que echar herbicida (para evitar incendios) y yo que no quería químicos en la tierra. Bueno, que sólo en la lindera, y yo que si ¿no tendría un pequeño tractor para gradarlo?. El; no, si tengo un buen motocultor, pero es mucho trabajo, que mejor químicos; y yo que no. Se puso tan pesado que acepte que diera químicos en la franja lindando con la carrera para evitar un incendio en el verano asegurando que las malas hierbas no saldrían hasta el otoño. Luego de hacerlo se fue después de darme su tarjeta asegurándome que esa tierra era muy mala y solo con muchísima agua y abundantes fertilizantes y pesticidas químicos aquellos miserables plantones podrían medrar. Al principio desaparecieron las hierbas de la lindera. Pero al ser primavera llovió mas y surgieron con más fuerza, al no tener competencia. El tipo, por suerte, no volvió a aparecer para darme el tostón con sus malditos químicos.
Durante dos años, afronte el riesgo del incendio veraniego, una pequeña chispa y la repoblación acabada...
Algunos agricultores que pasaban me preguntaban jocosamente que qué tipo de hierbas cultivaba. Yo les comentaba que aquello sería un pequeño bosque con el tiempo. Unos decían que eso no sería posible, la mayoría no reconocía más de una o dos especies ¡siendo agricultores!, los más, que eso no daba dinero, que cómo yo teniendo estudios perdía el tiempo con esas cosas... Me observaban como un bicho raro. El único al principio que mostró interés, fue Prudencio (que en paz descanse), que pasaba por el camino con las ovejas y observando entre los plantones, reconoció unos robles. Lo aprobó fuertemente, "los robles, Pivo, son árboles hermosos, que rebrotan después de los incendios". Le gustaba pararse al volver con las ovejas. "Esto, en unos años será un vergel, pero tienes que limpiar las malas hierbas, yo si pudiera lo haría con las ovejas, pero te comerían los plantones".
Al final compré un motocultor y me iba conduciéndole sentado en el pescante del carrito, pese al tremendo ruido me encantaba el aire fresco sobre mí. Las hierbas las quitaba, pero las jornadas eran interminables, aunque lo hacía con gusto. Por aquel entonces mi compañero del trabajo, Pascual, al enterarse del asunto me empezó a recomendar insistentemente que me comprara un tractor. Me insistía en que con un pequeño tractor y una grada no solo acabaría con las hierbas y el riesgo de incendios, sino que la labor superficial le haría un gran favor a los árboles al retener más agua y facilitar la asimilación de los nutrientes. Yo luchaba en mi interior entre los ideales ecológicos de no mover el suelo (que ciertamente muchas veces se plantean desde climas con un verano lluvioso, y no seco como nuestro mediterráneo continentalizado o también Csb según la clasificación de Köppen) y la realidad de la práctica agrícola que había observado toda la vida en mi pueblo. Al final mi corazón decidió por mí y tras la operación adquirí un pequeño tractor...
Acanaladuras de los alveolos forestales. |
Otra posibilidad buena en plantar a raíz desnuda. Superado el trauma inicial, la planta se establecerá aún más firmemente que con el alveolo forestal. El problema es que a veces se precisan riegos de apoyo los primeros veranos. Especies adecuadas son el castaño, el fresno, el roble, pero en zonas con más humedad; en nuestro duro verano mediterráneo, con su sequía es muy difícil. Aquí os pongo la foto de un magnifico roble albar que planté a raíz desnuda (apenas medía un metro) y ahora mide más de cuatro. Pero le apoyé con riego los primeros veranos. Ahora solo le riego algo en años muy secos, como el pasado, que cayeron 250 litros.
Quercus petrae a finales de verano. |
Serbalito recién nacido |
Coge gran cantidad de semilla seleccionada por su tamaño-aspecto y el del árbol madre/padre. Siembra por golpes (de 3 o 4 bellotas, o más en el caso de coníferas). Los depredadores atacarán si pueden. Este método es bueno con quercus y coníferas (excepciones, los enebros y las sabinas son muy fastidiados de lograr, otras especies como los sorbus precisan un tratamiento de pregerminación).
La planta echará una única raíz pivotante que se dirigirá a las capas más profundas del subsuelo buscando la humedad que garantice su supervivencia. No es raro que encinas o robles de 10-20 centímetros tengan una raíz de 2-3 metros.
Raíz pivotante. |
Bellota con radícula. |
Diminuta encina recién nacida |
Los dos primeros veranos les di unos riegos de apoyo, cosa incomoda y que no sería necesario de haber dispuesto de un tractor para que limpiara el terreno. Las hierbas secas en verano suponían un riesgo tremendo de incendio ante cualquier negligencia o mala intención. Pero tuve suerte.
Después me compré un motocultor ¡un Piva!. con el que pasaba los 11.000 metros cuadrados (menuda soba). Años después me operaron del corazón (no por lo del motocultor) y adquirí un pequeño tractor). ¡Ojalá hubiera podido gradar la tierra con un mulo, como mi abuelo...!
Pequeño tractor con la grada puesta y el rulo a la derecha. |
Yo, al principio, sólo me planteaba lo de pasar una grada por lo de los incendios. De hecho al primer año de plantarlos (cosa que hice "en noviembre, todo prende" recordad) me sucedió una cosa curiosa; en primavera apareció un tipo, vio aquello, y se ofreció a mantenerlo. Yo le dije que no tenia mucho dinero y que no podía permitírmelo. El insistía, había que echar herbicida (para evitar incendios) y yo que no quería químicos en la tierra. Bueno, que sólo en la lindera, y yo que si ¿no tendría un pequeño tractor para gradarlo?. El; no, si tengo un buen motocultor, pero es mucho trabajo, que mejor químicos; y yo que no. Se puso tan pesado que acepte que diera químicos en la franja lindando con la carrera para evitar un incendio en el verano asegurando que las malas hierbas no saldrían hasta el otoño. Luego de hacerlo se fue después de darme su tarjeta asegurándome que esa tierra era muy mala y solo con muchísima agua y abundantes fertilizantes y pesticidas químicos aquellos miserables plantones podrían medrar. Al principio desaparecieron las hierbas de la lindera. Pero al ser primavera llovió mas y surgieron con más fuerza, al no tener competencia. El tipo, por suerte, no volvió a aparecer para darme el tostón con sus malditos químicos.
Frondosas y algunas coníferas. |
Durante dos años, afronte el riesgo del incendio veraniego, una pequeña chispa y la repoblación acabada...
Algunos agricultores que pasaban me preguntaban jocosamente que qué tipo de hierbas cultivaba. Yo les comentaba que aquello sería un pequeño bosque con el tiempo. Unos decían que eso no sería posible, la mayoría no reconocía más de una o dos especies ¡siendo agricultores!, los más, que eso no daba dinero, que cómo yo teniendo estudios perdía el tiempo con esas cosas... Me observaban como un bicho raro. El único al principio que mostró interés, fue Prudencio (que en paz descanse), que pasaba por el camino con las ovejas y observando entre los plantones, reconoció unos robles. Lo aprobó fuertemente, "los robles, Pivo, son árboles hermosos, que rebrotan después de los incendios". Le gustaba pararse al volver con las ovejas. "Esto, en unos años será un vergel, pero tienes que limpiar las malas hierbas, yo si pudiera lo haría con las ovejas, pero te comerían los plantones".
Mi padre mide 1,70; comparar su figura con los árboles. |
Al final compré un motocultor y me iba conduciéndole sentado en el pescante del carrito, pese al tremendo ruido me encantaba el aire fresco sobre mí. Las hierbas las quitaba, pero las jornadas eran interminables, aunque lo hacía con gusto. Por aquel entonces mi compañero del trabajo, Pascual, al enterarse del asunto me empezó a recomendar insistentemente que me comprara un tractor. Me insistía en que con un pequeño tractor y una grada no solo acabaría con las hierbas y el riesgo de incendios, sino que la labor superficial le haría un gran favor a los árboles al retener más agua y facilitar la asimilación de los nutrientes. Yo luchaba en mi interior entre los ideales ecológicos de no mover el suelo (que ciertamente muchas veces se plantean desde climas con un verano lluvioso, y no seco como nuestro mediterráneo continentalizado o también Csb según la clasificación de Köppen) y la realidad de la práctica agrícola que había observado toda la vida en mi pueblo. Al final mi corazón decidió por mí y tras la operación adquirí un pequeño tractor...
Fines del invierno y principios de la primavera del 2013. En primer plano un madroño, detrás un pino resinero y un rebollo a la izquierda, una magnífica encina a la derecha, quejigos... |
Finales de Abril y primeros de mayo del 2013. |
A mediados de mayo es la espesura ya es muy grande. |
Ahora viene entonces el gran tema, además de la lírica (lo que soñamos y nos hace vivir), la técnica (lo que nos permite vivir). ¿No mover el suelo?, ¿segar la hierba?, ¿grada?, ¿arado de discos o de vertedera?.
Arco iris a finales de mayo, depués de haber gradado ligeramente la parcela. |
La realidad se ha impuesto y me ha hecho adoptar una postura ecléctica. En nuestro clima
mediterráneo continentalizado del interior de la meseta, las precipitaciones son escasas (hace más de 30 años en un pueblo a 10 kilómetros del mío la media era de 510 litros anuales por metro cuadrado, hace menos, en otro, 440; mi media de los últimos 10 años es patética: 410). Y sin embardo, de mitad de octubre a la mitad de mayo, el suelo, prácticamente siempre está húmedo debido a las frías temperaturas. ¿Cuál es el problema?. El problema es el verano, que es muy seco y los vegetales nuestros se adaptan a la fuerte sequía por diversas estrategias ahorradoras de agua.
Tronco de madroño. |
Al pasar un cultivador superficial sobre la tierra, evitamos esas grandes pérdidas de humedad por evapotranspiración de una doble forma: reducimos el número de hierbas que compiten por el agua y los nutrientes con los pequeños árboles, y destruimos la capilaridad superficial (temporalmente) evitando que la humedad del suelo salga rápidamente al exterior. Además reducimos el riesgo de incendio (el verano pasado, padecimos uno, que al final solo dañó una parte de los frutales adyacentes al seto gracias a las medidas preventivas que adoptamos siempre, ya hablaremos del asunto...). Si el cultivador es superficial tipo chisel, no invierte los horizontes (como hace el típico arado de vertedera, que además penetra profundamente) de modo que no altera tanto las capas con valor biológico en el terreno.
Estas rejas son las que uso más frecuentemente para limpiar y mover el terreno de forma superficial. |
¿Y cómo lo utilizamos?, ¿con qué criterios?. Me he acostumbrado a observar el cielo y el suelo. El grado de humedad de éste y la temperatura ambiente.
Cuando el año es lluvioso, al principio de la primavera, hacemos una labor ligera dejando parte de la hierba para que sujete el terreno. |
Por ejemplo, en el año 2008-2009 (el año hidrológico sigue el ciclo natural de la vegetación y
lo contamos de octubre a septiembre) la sequía fue extraordinaria para la zona, cayeron 204 litros... ¿qué hacemos con esto?. Después de un invierno bastante seco, en abril solo cayeron 8 litros (cuando la media es de más de 50). Tenía el terreno completamente gradado, pues lo que interesaba es que la poca humedad estuviera disponible para los árboles (a pesar de que el suelo, al no disponer de cubierta vegetal natural, se erosiona fuertemente, pero ¿qué eliges?, ¿muerte o susto?).
Gradamos superficialmente el suelo: oxigena el suelo y rompe la capilaridad, manteniendo así la humedad. |
Llegó mayo, amenazó de lluvia varios días, pero nada. Hasta que al final se intuía la lluvia. Ese día salí con el tractor y la grada después del trabajo, el ambiente olía a polvo y a humedad lejana. Nada más terminé de pasar la grada y cayeron 14 litros, que gracias a la reciente labor sentaron al terreno como 30. Luego, a los 3 días otra vuelta para romper la capilaridad y mantener la humedad. Llega junio y la misma historia, otro día y 12 litros. Hice lo mismo. Sorprendentemente, los arbolillos, ese verano, pese a la escasez, estuvieron bien. Apenas crecieron, pero ahí estaban, aguantando. Las labores a tiempo hicieron que en vez de 200 parecieran 400 litros.
Lo contrario lo tenemos en otras ocasiones, como en el 2010-11, al llover abundantemente en la primavera pude dejar el terreno con vegetación y lo limpié (suavemente en abril, sin quitar la hierba del todo) de forma definitiva en junio, para evitar los incendios. Aquí hay que atender a las restricciones que existen de forma local a veces para proteger la nidificación de especies protegidas. En ciertos casos obligan a mover el terreno a finales de marzo si se va a cultivar para que nidifiquen en otro sitio y no tengan riesgo sus nidos de ser arrasados. Ese año, observé un nido de pato silvestre, de modo que dejé una mata de hierba a su alrededor. (la pata salió volando dos veces del mismo sitio al sentir pasar cerca el tractor, me percate al gradar las calles vecinas).
Una de las primeras labores primaverales es preparar un cortafuegos rodeando el perímetro de la finca. Al fondo un roble, resineros, una sabina. A la izquierda un seto con endrinos y escobas. |
Roble en otoño... |
Bueno, ¿y cómo crecen estos plantones?. La verdad es que
tenía unas ideas preconcebidas, que han ido cambiando con el tiempo. Al principio el crecimiento es completamente desesperante. La plantita, se limita a intentar asegurar su supervivencia, y apenas sale del suelo unos centímetros.
roble en invierno. |
Me he molestado en hacer fotos a árboles con nueve veranos para que se aprecien las dimensiones del tronco, las heridas en la mano son por quitar nidos de procesionaria (con guantes).
Encina, o quercus ilex. |
Las encinas, por ejemplo, son el más típico ejemplo. Durante 2-3 años, apenas crecen, parece que no prosperan. Pero realmente lo que están haciendo (y todas las especies en general), es enraizar fuertemente. Después crecen un poquito los 2 años siguientes. A partir de los 5-6, algunas te sorprenden con fuertes crecimientos. Al cabo de 9 veranos (y 10 inviernos) el resultado ha sido diverso: una parte significativa (un tercio) ha tenido un crecimiento muy bueno, y ahora superan los 3 metros (algunas llegan a cuatro). Otras miden 1,5 o 2 metros. Pero al menos ya se las ve. Han respondido un poco mejor de lo que esperaba.
Quejigo de los normalitos |
La sorpresa han sido los quejigos ("quercus faginea"). Puse un número ligeramente superior al de las encinas, con la esperanza de una supervivencia del 15%; ¡han sobrevivido la mayoría!, ¡y que crecimientos!. Algunos llegan casi a 5 metros. Y la respuesta ha sido prácticamente masiva. El cuidado con la grada ha sido fundamental. Es una especie que existe en pueblos cercanos, pero aquí no quedaban (aquí apenas hay unas encinas y algún sorbus domestica).
Quejigo con gran desarrollo. |
Estudiando la toponimia, he descubierto un término en mi pueblo, cerca de la nacional, denominado "El Carbajal" (la palabra en nuestro dialecto para el roble). Es una zona actualmente de regadío. Es posible suponer que al hacer el regadío (hace más de 100 años) desaparecieran los últimos, que curiosamente, ocupaban las tierras mejores (es lógico).
Los rebollos (quercus pyrenaica) han tenido un desarrollo menor. Si bien es cierto que los plantones que me suministraron tenían bastante mala pinta. De todas formas, aunque más lentos, también van creciendo, pero queda claro que no están en su óptimo climático.
Otra especie que se ha adaptado fenomenal a la tierra (y me ha sorprendido), es el peral silvestre o piruétano. Este árbol, con muchos pinchos y de bonito follaje rojizo en otoño ha crecido increíblemente. Es además un árbol de madera semipreciosa. Su madera es excelente para la fabricación de
instrumentos musicales de viento (para que anoten aquellos que siempre piensan en hacer dinero.
Se aprecia en la foto el considerable grosor que ha conseguido en nueve veranos.
Puse menos de una caja de alcornoques, y aquí el resultado ha sido diverso. Muchos tuvieron un crecimiento algo superior o igual a la encina. Pero ha habido algunos que han enraizado firmemente y han tenido un desarrollo equiparable al de los mejores quejigos. Es algo de lo que yo desconfiaba, pues pensaba que necesitaban un clima más suave y lluvioso, pero bueno, algunos están fenomenal. ¡Qué hermosas cortezas!.
Alcornoque. |
También como dije, planté pinos, de diversas especies. Principalmente piñoneros o pinus pinea y resineros o pinus pinaster. Los pinaster han tenido un desarrollo muy rápido, siendo de las especies forestales que más han prosperado, pero también han sufrido a veces, duros ataques por la oruga procesionaria. Los piñoneros se han adaptado bien, pero no
Un pequeño pino piñonero resiste la "cencellada". |
Grueso tronco del pino carrasco. |
Una de las razones para instalar una plantación diversa, creo que precisamente debería ser el hecho de minimizar el problema de las plagas. Al haber una mayor diversidad, las plagas incidirán en menor medida que de tratarse de una única especie.
Resinero atacado por la procesionaria. |
El ejemplo en este bosquecillo han sido los estragos de la procesionaria. En principio han atacado muy duramente a los pinaster o resineros, así como al nigra y al silvestre. El ataque, aunque duro, ha sido más suave en los piñoneros y el carrasco de momento no ha sido atacado. El resto de coníferas (enebros y sabinas) están sanos y no tienen enfermedades reseñables.
Algunos resineros, pese al gran desarrollo que consiguieron, a la altura de los mejores quejigos, están sufriendo fuertes daños en su superficie foliar por efecto de la oruga.
Vamos a ver algunas fotos y efectos de la plaga:
Mano picada por la procesionaria. |
Endrino en flor, y detrás, un resinero afectado por la plaga. Unos sanos y otros no tanto... |
Nido de procesionaria en el suelo, después de quitarlo del árbol.
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Una medida que creo habría que considerar en toda repoblación, es introducir (ciertamente) unas especies dominantes o más adecuadas al nicho climático y que éstas constituyan un porcentaje mayoritario; pero no olvidar también introducir a la vez otra sería de especies adecuadas y en un porcentaje menor, con el fin de crear una diversidad que haga al futuro bosque más resistente a plagas o cambios del clima, etc. En el uso adecuado de la variedad de especies estará la garantía futura de la supervivencia del bosque.
La práctica me ha obligado a ser ecléctico, y a adaptarme a las circunstancias. Nuestro clima es imprevisible y caprichoso con frecuencia. Ejemplos:
- El invierno del 2005-6 se caracterizo por fuertes y continuadas heladas, bajando de los 9 bajo cero. En total 92 días de heladas. Pero llegó la mitad de marzo y se olía la primavera en el aire. Sorprendentemente no heló más que dos días a mayores en abril nos acompaño una lluvia suave en la primavera así como agradables temperaturas.
- Otoño del 2012, e invierno; temperaturas suaves. No bajaron de -5ºC. Ahora bien, llegado febrero, y marzo del 2013 helada tras helada, y viento. En abril frío y heladas separadas por dos o tres días de intenso y repentino calor, que se marchó rápidamente. Tomates y pimientos que no protegí en el huerto, quemados por la helada y el viento. Tenemos 7º C de temperatura máxima el 29 de abril y los robles y encinas apenas se atreven a brotar, siguen en su mayoría durmiendo el sueño de los justos.
Flor del rosal silvestre en junio. Arbusto útil para setos vivos.
A continuación incluyo una tabla con las mediciones que he hecho desde el 2004 al 2013. Pese a ser muy pocos años para tener una gran validez, si nos indica una tendencia clara.
Observaremos que hay cuatro meses de auténtico verano. Dos meses muy fríos y dos bastantes fríos. Mayo es muy agradable, aunque a veces hay temperaturas muy altas, y puede helar (no durante el período que yo he hecho mediciones). En Octubre puede hacer mucho calor, o helar fuerte, es imprevisible (salvo en la lluvia, es el mes más lluvioso).
Las temperaturas oscilan desde los - 12ºC de diciembre del 2009 a los 38,5ºC de Julio del 2008. Mucha oscilación térmica, anual, mensual y diaria. Por ejemplo, un día de marzo puede amanecer con -3ºC y a mediodía hacer +14ºC.
Los días de heladas han sido de 50 a 95 según el año. El día más frío fue uno de enero del 2009: la mínima fueron - 6,5ºC y la máxima -3,7ºC; una temperatura media durante el día fue de -5,1ºC.
Todos los años nieva dos días o tres, en el 2009 nevó cinco días. Normalmente no pasan de unos 10-12 centímetros. También hay granizadas y a veces lluvias muy fuertes en otoño, e incluso fuertes tormentas al principio del verano.
En el verano es muy difícil que las mínimas sean superiores a 21ºC, pero algún año hemos tenido una máxima de 37ºC y una mínima de 22ºC algún día (una media de nada menos que 29,5ºC); ahora bien, es muy infrecuente. Si es muy normal un día de verano con una mínima de 13-17 y una máxima de 29-34ºC. A veces en pleno verano tenemos unos días con mínimas de 7-9ºC y máximas de 22-25ºC.
El clima es mediterráneo continentalizado, como ya hemos dicho antes. Las mediciones reflejan el la gran tendencia a la subida de las temperaturas que se están produciendo los últimos años.
Vamos a ver una serie de fotos del bosque en PRIMAVERA.
El roble albar, comienza a brotar, después de haber soltado toda su carga de hojas secas a principios de la primavera, que le servirán de abono.
El bosque brota... |
Mayo es el mes de las flores. |
Las hojas aparecen por doquier. |
Un pequeño castaño, acaba de nacer. |
Manzano en flor. |
Rebollo brotando |
Inflorescencias y tiernos brotes del nogal. |
Nogal brotando, desde el tractor. |
Las hojas del rebollo, al nacer, tienen tonos violáceos, que después se tornan en verde tierno. |
A la derecha, el seto, con espinos, endrinos, romeros, escobas, zarzamoras, robles, encinas, quejigos y arces, sirve de refugio para diversas especies animales.
A la izquierda, vemos al romero en flor, con distintos insectos libando sus flores.
Abajo, tenemos un roble a la izquierda, y los manzanos en flor, a la derecha, nos muestran la parte más "civilizada" de la finca.
Veamos ahora una serie de fotos del seto, y de la diversidad de especies que se compone. Como es posible la máxima riqueza y diversidad de arbustos y árboles en el mínimo espacio, no se puede hacer tanto bien con tan poco espacio, de verdad...
Almendro y espino |
brote de encina |
Encina brotada y flor del romero. |
Seto con el espino albar en flor |
El roble y el endrino. |
Cortafuegos al lado del seto para evitar riesgo de incendios, ya hay que prepararlo en primavera, por si algún imprevisto nos impide realizarlo a tiempo... |
Pero en la primavera debemos pasar la grada para evitar el riesgo de incendio. Como ya dije, en años lluviosos como éste lo pospongo hasta finales de la primavera, mientras el suelo aún está húmedo. En las siguientes fotos veréis como acabo de pasar el tractor y la hierba ha caído en el suelo. Allí irá pudriendo poco a poco. Si fuera un año más seco lo habría pasado mucho antes y el suelo estaría limpio de hierba por completo. Pero como ya dije prefiero mantener alguna cobertura en el suelo mientras ello sea posible. Esto es algo que no se puede hacer en los primeros años de establecimiento de una plantación, pues entonces prima el eliminar toda competencia a los tiernos plantones.
Castaño en los últimos días de la primavera |
Verano.
Comienza el verano, y por desgracia, esta estación no es aquí igual de agradecida a la vista que las otras, pero los árboles contribuyen a mejorar las sensaciones...
Las "candelas" o flor del castaño. |
Castaño florido en junio casi acabado con las "candelas" colgando. |
Grada de junio. |
Pluma de la lechuza sobre la rama que le sirve de apostadero de caza. |
Deyecciones de la lechuza al lado del pino. |
Deyecciones sobre el pino |
Este julio ha sido tormentoso, primero cayeron 20 litros, después 2 y pocos días después una tremenda tormenta con 50 litros de granizo y lluvia que destrozó cultivos por varios pueblos de la zona, entre ellos mi huerto casi por completo. Yo nunca había visto nada igual, supongo que aún no soy demasiado viejo...
Granizada tremenda |
Suelo anegado |
Esto, fue una desgracia para los cultivos, pero en la zona del bosque, los daños fueron menores y a los árboles le han venido muy bien. Muchas encinas y robles rebrotan al tener agua disponible de nuevo en el suelo.
El quejigo rebrota... |
... y también la encina. |
Entonces es muy interesante dar una labor de grada para mantener esa bendita humedad (maldita para tantos, incluido mi pobre huerto...) bajo tierra.
Grada vista desde un quejigo |
Buena labor de grada final |
OTOÑO
La anterior imagen (encima del dibujo y del castaño), cambia en Octubre, con las lluvias. La hierba comienza a brotar y se aprecian muy bien los erizos con las castañas.
¡Al fin llegó el otoño!, mi estación favorita, la que más colores tiene y cuando se recoge la mayoría de los frutos.
El sorbus domestica, nuestro serbal o silbar típico, es el que mejor representa el otoño.
Detalle del tronco.
Frutos del sorbus aria.
¡Al fin llegó el otoño!, mi estación favorita, la que más colores tiene y cuando se recoge la mayoría de los frutos.
El sorbus domestica, nuestro serbal o silbar típico, es el que mejor representa el otoño.
Detalle del tronco.
Frutos del sorbus aria.
Este año comenzó con lluvias los últimos días de septiembre y los primeros de octubre, de modo que será, al menos en su primera parte, un otoño típico.
Hojas del endrino.
Las hojas comienzan a cambiar sus colores de forma tímida, en el caso del quejigo.
De forma mas llamativa, en el caso del peral silvestre.
Aquí apreciamos sus frutos y sus hojas.
Las agavanzas o rosales silvestres muestran sus rojos frutos.
Aquí apreciamos sus frutos y sus hojas.
Las agavanzas o rosales silvestres muestran sus rojos frutos.
Algunos tempraneros erizos de los castaños, se abren y las primeras castañas quedan a la vista.
Unos pocos madroños ya han madurado y se pueden comer.
Los robles...
Vemos los abuyacos que se forman por las picaduras de insectos.
Aquí tenemos el rojo púrpura de un roble americano, de los dos que puse.
Asando castañas en la placa.
Cáscaras al fuego.
Castañas y madroños.
NOVIEMBRE
Es un magnífico mes, el que más colores tiene (junto con mayo).
Las siguientes fotos son casi un monográfico del serbal o silvar en nuestro dialecto (sorbus domestica), de espléndida coloración en el otoño. Árbol de madera de gran valor y productor de unos frutos con forma de pera y sabor parecido al de la manzana asada cuando está pasados. Cuando están verdes son muy difícil de pasar.
Las siguientes fotos son casi un monográfico del serbal o silvar en nuestro dialecto (sorbus domestica), de espléndida coloración en el otoño. Árbol de madera de gran valor y productor de unos frutos con forma de pera y sabor parecido al de la manzana asada cuando está pasados. Cuando están verdes son muy difícil de pasar.
Las siguientes fotos van destinadas a algunas setas que se van instalando en el bosquecillo. Han aparecido incluso algunos boletus comestibles. Me planteo (esta primavera o la siguiente) inocular preparados de boletus y níscalos en el bosque para estudiar como evolucionan y si en el futuro es una posible aplicación forestal.
Rebollo contrasta con encinas y pinos |
Frutos amarillos (inmaduros) y rojos (maduros) del madroño y encina a la izquierda. Un quejijo cambia la hoja al fondo. |
El peral silvestre con sus tonos rojizos. |
Los amarillos y ocres de los quejigos. |
Espino albar a la izquierda, con sus frutillos; rojo piruetano en el centro y quejigo a la derecha. |
Serbal de tonos amarillos contrasta con la encina de la derecha. |
Quejigo. |
Espino albar con sus frutos. |
Y nos vamos acercando a diciembre...
Frutos del madroño |
Quejigo cambiando el tono de sus hojas |
Roble albar en primer plano |
Aunque esta entrada en el blog se va completando a medida que incluyo más fotos y comentarios, sí me gustaría llegar o bien ofrecer una especie de conclusiones a modo de epílogo (epílogo no definitivo, sino mutable). A las personas no nos viene todo dado, o no en toda medida. Nosotros, o con nuestro pensamiento, de alguna forma, CREAMOS la realidad y en alguna medida somos dueños de nuestro destino, elegimos y mejoramos o empeoramos el legado que recibimos.
Yo no se que pasará con este bosquecillo. Quizás un año que esté enfermo y no lo grade a tiempo, y un salvaje lo queme imprudentemente. O bien una concentración parcelaria le pasará por encima y lo destruirá en todo o en parte. O alguien haga una urbanización con adosados. O bien lo deje a mis hijas y no sepan apreciarlo y lo vendan a alguien que lo roture ilegalmente y sólo mantenga los frutales (lo que da dinero...).
Pero también puede que mis hijas o sus posibles descendientes, lo aprecien y disfruten de él como yo, e incluso lo amplíen. O lo vendan a alguien que lo valore. O si hay una concentración parcelaria, lo respeten y mantengan su integridad. O que hagan viviendas, con criterios más o menos conservacionistas, y conserven el bosquecillo como una zona común de solaz y esparcimiento. Y quizás (y esto es lo que yo estoy convencido que pasará), alguna, o muchas personas que lean este blog, cada una en su parte del mundo; después de leer esta experiencia, se anime y convenza de que merece la pena intentarlo y haga algo parecido a su manera y en la parte del mundo donde vivan, que será diferente a esta.
Yo, hace años, tuve un sueño despierto, y soñé algo hermoso. Y lo planeé, y lo puse en práctica, y contra lo que pueda parecer, y contra los que me desanimaron (que fueron muchos), salió bien; incluso mejor de lo que esperaba. Es cierto que es algo efímero, pero también real, como todo; pues todo es efímero y real en la misma medida. El esfuerzo ha merecido la pena, aunque desapareciera, aunque se destruyera. He visto que es posible, y si es posible una vez, lo será mil, o cien mil, y alguien lo sabrá y hará algo parecido.
Frente a la tremenda monotonía que le rodea, el bosquecillo es distinto, hay estaciones. Hay invierno, hay primavera, hay verano y hay otoño. Hay animales; pájaros que se refugian en él. Que se alimentan de sus frutos y de los insectos que cazan en él. Han anidado patos. Una liebre se ve con frecuencia. Las perdices, con sus patas rojas, se pasean. Los cuervos, milanos y urracas (pegas) se apostan en el tejado del caseto y desde allí espían a sus presas. Un lechuza (coruja en nuestro dialecto) caza en él.
Rompe el paisaje y lo hace distinto y más hermoso, y lo que es mejor, me hace más feliz, y a mi padre. Él antes sólo prestaba atención a los frutales, pero últimamente contempla y pasea siempre que puede a lado de los árboles. Se deleita con las cortezas y follaje de éstos. Cuenta hasta las almendras y bellotas que cuelgan de sus ramas. Y mis hijas cogen flores, bellotas, castañas, abuyacos y se imaginan aventuras. Esto no sería igual en el anterior llano estéril. Lean el libro del hombre que plantaba árboles, de Jean Giono. Más árboles, mejores personas, mejor vida...
Continuará.